Las barricas de roble son uno de los puntos clave en el proceso de la crianza del vino, y una decisión fundamental a la hora de elaborar un vino de calidad. Como habrás podido imaginar, cada tipo de madera aporta unas características diferentes al vino, desde aromas a el tipo de envejecimiento que se busca.
Son muchos los factores que hacen un vino como VeinteVeinte tenga las características que lo hacen único y entre ellas destaca la composición de nuestras barricas. En VeinteVeinte apostamos por barricas de roble francés seminuevo que aporta unos claros toques de distinción a nuestros caldos.
Si quieres saber en qué se diferencian las barricas de roble francés del americano y qué influencia tiene esto sobre el envejecimiento de nuestro vino, solo tienes que seguir leyendo el artículo a continuación.
Historia de las barricas: de medio de transporte a medio de crianza
Por extraño que pueda parecer, al principio de los tiempos el vino no se conservaba en barricas: eran un mero medio de transporte que los hacía sencillo de manipular en carros, barcos y demás.
Como ocurre muchas veces, el ingenio supera a la practicidad, y un objeto creado con un propósito comienza a tener otro completamente diferente.
Al cabo de un tiempo, los productores y comerciantes se dieron cuenta de que el vino que se conservaba en barricas de madera no solo duraba más, so no que sus propiedades se veían realzadas con nuevos aromas y sabores. Esto es debido a que la barrica oxigena el vino lentamente y le aporta texturas y aromas.
Las barricas fueron originariamente un medio de transporte, pero con el
tiempo su capacidad de oxigenar el vino lentamente las hizo el medio predilecto para envejecer los vinos
Si quieres saber por qué la madera del roble es clave para la microoxigenación del vino, solo tienes que seguir leyendo.
Las características de la madera
Para que la barrica pueda realizar una buena microoxigenación, es esencial que la madera que la conforma sea permeable, poco porosa, densa y resistente. Entre todas las maderas disponibles, las que mejor lo cumplen es la madera de las distintas especies y variedades de roble.
El roble es un árbol de crecimiento lento y madera bastante dura, pero cuenta con un as en la manga: entre sus radios medulares se encuentran unos sectores más blandos que permiten el paso del oxígeno. Esto se revela clave a la hora de permitir la aireación lenta del vino, la cual le otorga buena parte de sus propiedades.
La característica madera del roble, resistente pero ligeramente porosa, la
hacen ideal para oxigenar el vino lentamente.
Otra de las características que se deben tener en cuenta es la edad de la madera: cuanto más nueva sea, más matices aportará al vino que guarde. Con el uso, el fermentado de uva ganando la batalla: las barricas adquieren olores y sabores propios del vino y dejan de aportar los suyos. Es por ello que los vinos hechos en barricas nuevas, seminuevas o viejas tienen matices muy diferentes
¿En qué reside la diferencia entre roble francés y americano?
Los productores de vino han de decidir en qué tipo de barrica quieren criar sus vinos, pues dependiendo del material el resultado será enormemente diferente. Las dos variedades más relevantes con las que se elabora el vino en España (y en prácticamente todas las bodegas vitícolas del mundo) son el roble francés y el americano.
La diferencia fundamental es que las barricas de roble francés se caracterizan por un poro más fino. Esto provoca una oxigenación más lenta y por tanto, que el vino necesitará más tiempo en barrica para alcanzar las propiedades y aromas deseados.
Por su parte, las barricas de roble americano tienen un poro más grueso siendo su
oxigenación más rápida, aportando las propiedades de la madera de una forma más rápida, además de menos taninos. Además, de forma general, aporta menos taninos que las barricas de roble francés.
Aparte de esto, la estructura de la madera es enormemente diferente. El roble francés es de madera más blanda y de corte hendido. Se aprovecha menos de un tercio del corte para las duelas, haciendo a las barricas de roble francés una pieza más rara. Por su parte, el roble americano aporta una madera más resistente y de corte serrado.
Las barricas de roble francés oxigenan el vino de forma más lenta y son menos resistentes, mientras que las de roble americano tienen una resistencia mayor
Por último, la diferencia más relevante para los aficionados al vino está en los aromas que aportan a cada botella, la cual suele determinar la elección del bodeguero en función del tipo de vino que se quiera hacer.
Las barricas de roble francés aportan aromas más delicados como a miel, vainilla, especias o frutos secos. Las barricas de roble americano, por su parte, aportan aromas como a coco, cacao o notas de tabaco.
El tipo de madera en VeinteVeinte
En VeinteVeinte nos decidimos por hacer un vino con unos aromas finos y elegantes, aptos para una gran variedad de maridaje. Es por ello que hemos apostado por las barricas de roble francés nuevas y seminuevas. La madera surge en nuestro vino tras una ligera aireación del vino, aportando notas dulces que dejan un recuerdo imborrable.
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